1.09.2009

Y al tercer día…

Creo recordar que hace tiempo, cuando era joven, tenia un blog.

Recibo, intermitentes, imágenes de historias y anécdotas que se actualizaban todas las semanas.

Las puntas de mis dedos reviven cada jueves la vieja adrenalina y excitación. Sienten esa urgencia por acomodar palabras y descubrir imágenes.
Primero fui yo, que presentí la necrosis temprana de mi frágil animo literario. Pero me preocupé cuando hordas de fans me dieron por muerta.

Me puse una mano en el pecho y, al sentir el pulso firme y persistente, se despertó en las yemas de mis dedos ese deseo aplacado a fuerza de fines de año y navidades.

Pero a pesar de esa resurgencia, de esa memoria, de ese deseo, no puedo encontrar mi cuaderno de ideas.



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